Casablanca, 31 de mayo 2019.- El azafrán es el producto o especia cultivable más caro del planeta –cada kilo cuesta cerca de $2 millones 600–, se obtiene de los estigmas de la flor de la planta de Crocus sativus L.. Pero además este cultivo es capaz de resistir duras sequías, fuertes heladas y veranos muy calurosos, por lo que se transforma en una excelente alternativa para mitigar los efectos del cambio climático en la agricultura y potenciar la diversificación económica en varias localidades del país. Es por esta razón que la empresa Kelumilla, se propuso implementar el cultivo de azafrán en el Valle de Casablanca, en la región de Valparaíso.
La iniciativa, apoyada por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) fue visitada por el Ministro de Agricultura, Antonio Walker, donde pudo constatar como este cultivo se está transformando en una alternativa productiva para este territorio, considerando las notables cualidades que presenta esta especie.
“El desarrollo de la innovación en la agricultura es fundamental para abrir nuevas oportunidades en los mercados internacionales a los pequeños y medianos agricultores. El azafrán es una alternativa muy interesante ya que Chile cuenta con un clima en la zona central muy favorable para el desarrollo de este cultivo. Queremos seguir impulsando la incorporación de nuevas tecnologías que permitan dar un salto en el desarrollo de la producción local y que en este caso el azafrán se convierta en un producto más dentro de nuestra oferta exportable”, sostuvo el Ministro de Agricultura, Antonio Walker.
“Debido a las características que el azafrán posee, la introducción de este cultivo a Chile ha sido un anhelo de larga data en el que hasta ahora se habían invertido recursos, sin lograr resultados sostenidos en el tiempo. Sin embargo, y gracias al apoyo de FIA en conjunto con la empresa de biotecnología Greenbiofactor, mediante una estrategia basada en investigación y desarrollo que incluye una probada experiencia en biotecnología y cultivo in vitro, hemos logrado la introducción exitosa del cultivo en la zona central, algo inédito hasta ahora”, indica el coordinador de la iniciativa, fundador de la empresa Kelumilla, Cristián Holzmann.
Es así como el proyecto ha logrado producir de manera sustentable azafrán de alta calidad en el Valle de Casablanca. También hubo floración en los ensayos de productores asociados en Polpaico y Pirque. Este año 2019 la floración ha sido más masiva ratificando el éxito del cultivo, y se han sumado floraciones en Chincolco, en la zona costera de Casablanca, localidad de Melosilla y en la viña Veramonte, cuyos dueños pusieron a disposición de la Municipalidad de Casablanca, 4 hectáreas con riego, para que agricultores del PRODESAL cultiven este condimento.
Ha sido tal éxito del cultivo, que a través de FIA se ha impulsado también la introducción del azafrán en la Pampa del Tamarugal, en la región de Tarapacá y en la comuna de Los Sauces, en la región de La Araucanía, de la mano de productoras mapuches.
El mercado mundial del azafrán es de aproximadamente 60 toneladas, que representan USD 220 millones. El azafrán es la especia más cara en el mundo, cada kilo cuesta en promedio USD 3800 (2 millones 600 mil pesos aprox) y debido que se obtiene entre 18-22 kilos de azafrán por hectárea en alta densidad, su cultivo es altamente rentable para pequeños agricultores, con áreas cultivables de una hectárea o incluso menos, pues genera un alto retorno económico.
“En esta iniciativa la innovación se ha puesto al servicio de la Agricultura Familiar Campesina, abarcando un territorio tan extenso que va desde Tarapacá hasta la región de La Araucanía. Lo que acá estamos haciendo es agregar un nuevo producto competitivo a la canasta exportadora de Chile” afirma el director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre.
Especia de oro para la gastronomía
El azafrán es una planta que se cultiva hace más de 3.500 años, vendría de la Cachemira, introducida en Galia por los fenicios, y más tarde por los cruzados de vuelta de Palestina. Los médicos de los faraones la recetaban para todos los dolores de estómago, y ya era utilizado en la Grecia antigua como tintura.
Esta especia es altamente cotizada en la gastronomía y se utiliza en cocina tanto por su aroma como por su color amarillo oro. Es uno de los condimentos esenciales para dar el sabor y color tradicionales de una paella, también es apreciado en el pescado, en las tajinas y el risotto italiano.
Es un ingrediente clave en el fernet y muchos otros licores. Se encuentra también en las preparaciones azucaradas como los postres azafranados, en particular cremas catalanas al azafrán. Bajo la forma jarabe de azafrán permite realizar originales cocteles, como kirs, punchs y excelentes pastelerías como baba al ron.
También se ha estudiado su ámbito de acción en la salud, descubriéndose que funciona como antidepresivo, antinflamatorio, ayuda en el trastorno de déficit atencional y para tratar enfermedades neurológicas degenerativas.
