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Quinua con huesillo y miel de Chile para el mundo: el saber campesino desde Talca

Región del Maule, septiembre de 2020.- Álex Raúl Toledo Araya (31) llega hace tres años a la comuna de San Clemente, ciudad de Talca, en busca de trabajar una hectárea de tierra para obtener sus propios ingresos. En ese entonces, se da cuenta que el trigo, el tradicional cultivo de la zona, no es rentable para pequeños agricultores como él. Convirtiéndose la quinua, gracias a su adaptación al cambio climático por ser tolerante a la sequía, en su mejor aliada para emprender. “La quise valorizar por ser un grano ancestral que nos identifica, y qué mejor modo que a través mí versión del postre chileno que lo llamé quinua con huesillo endulzada con miel, de Chile para el mundo”.

La innovación local, es impulsada por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) en 2018 por el compromiso con el emprendimiento innovador en jóvenes de origen rural, para que detecten y capturen oportunidades de innovación en su territorio, en la forma de proyectos que tengan impacto en el sector silvoagropecuario y/o la cadena agroalimentaria. Su objetivo elaborar, producir y comercializar un tradicional pero innovador postre chileno, el cual está compuesto por quinua orgánica, huesillo y  miel; transformándose en un producto con rescate patrimonial alimentario.

“Decidí emprender este camino porque cuando llegué a Talca, me percaté que la producción de trigo no me era rentable para producir un alimento, pues requiere de industrialización y mano de obra imposible de costear, a diferencia de la quinua que permite hacer un proceso en solitario sin problemas ya que es un cultivo más rústico y adaptable al trabajo en menor escala. Es un ingreso ideal para mí”, dice el agrónomo de profesión y agricultor desde niño, quien agrega que “un kilo de trigo puede costar 100 pesos producirlo, con un retorno muy bajo, en cambio, la quinua requiere el mismo valor inicial pero la puedo vender a mil pesos el kilo u aplicar en preparaciones sin tener pérdidas”, cuenta Álex Toledo Araya.

Con esa mirada, el agrónomo de la Universidad Católica del Maule, postula su preparación innovadora a FIA, recibiendo el apoyo para concretar lo que hoy es un postre natural hecho con productos de la región y por sobre todo, inofensivo para las personas que padezcan alguna enfermedad asociada (como intolerancia al gluten) o quieren consumir productos sin aditivos ni agroquímicos. “La quinua me permitirá, por sus características, vender este postre todo el año, convirtiéndose en una opción para quienes no tienen tiempo de prepararse un postre saludable”.

UN POSTRE

María Francisca Fuentes, nutricionista de la Universidad de la Católica del Maule, es una de las personas que ha respaldado al agricultor hasta el día de hoy, aclarando que la innovación quinua con huesillo endulzada con miel, de Chile para el mundo es “un postre. Y como todo postre, es dulce. Lo valorable de su dulzor es que proviene de la miel y esta al ser natural, nos entrega vitaminas, antibióticos y fortalecimiento al sistema inmune.  Por otro lado, reemplaza al trigo por la quinua y al ser un pseudo cereal mantiene sus proteínas vegetales, siendo un postre más equilibro; es decir tiene aminoácidos esenciales  para el organismo y carbohidratos simples y complejos. Se recomienda sólo como postre, una vez al día, y no como consumo entre comidas principales”.

CHILE Y EL MUNDO

Tal como dice el dicho popular, Tralka (en mapuzungun), Paris y Londres, Álex Toledo Araya, apuesta por que su emprendimiento recorra el Maule, Chile y el mundo. Aquello que podría concretarse una vez que se consolide su venta e-commerce en el territorio nacional gracias a su industrialización y perseverancia en su propuesta. “Me gustaría que este alimento ancestral (quinua) combinado con un postre de la cultura popular chilena fuera conocido por todo el mundo, ya que posee características nutricionales únicas”, añade.

Debido a ese espíritu, el director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre, sostiene que “Álex es un ejemplo de centenares de jóvenes que hacen su vida desde y para la agricultura. Pero no cualquier agricultura, sino una innovadora, consciente de las adversidades que nos plantea nuestro ecosistema; como lo es la sequía y escasez hídrica. Adaptarse al cambio no es fácil, así que estamos muy contentos de seguir impulsando propuestas en cada una de nuestras regiones”.

A la fecha, el Centro de Estudios de Alimentos Procesados (CEAP) se ha encargado de desarrollar el prototipo del producto, junto a la búsqueda de una vida útil – de tres meses – que permite obtener una fecha de vencimiento. La innovación del producto es una mejora, “ya que este postre se suele ver en algunas ferias artesanales en el norte del país, sin embargo, no se cuenta con una receta clara, tampoco con la información nutricional o una receta estándar”, puntualiza el joven.

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