COLUMNA DE OPINION

Para innovar, pongámonos en #modo_escucha_activa

Aunque somos país avezado en terremotos, en el último par de años se nos ha movido el piso de una manera en la que no estábamos acostumbrados. Los movimientos sociales y políticos abrieron el camino para cuestionarnos cuáles son nuestras prioridades y dónde debemos poner las fichas para apostar por un Chile próspero para todos, en el presente y en el futuro. Tenemos dolores urgentes que debemos atender ahora ya y, a la vez, precisamos sentar bases para un desarrollo lleno de oportunidades para las próximas generaciones.

Para el sector agrícola, el desafío es aún mayor, ya que a la incertidumbre política y social, debemos agregar la escasez hídrica que tensiona la producción de alimentos frescos y nutritivos.

Estamos en tiempos de definiciones y la balanza debe estar bien calibrada para encontrar el justo equilibrio entre el pan para hoy y el desarrollo para mañana. Chile necesita inversión en innovación para adelantarse a los desafíos cambiantes y aprovechar las oportunidades futuras; pero a la vez exige ahora apoyar a sus miles de productores agrícolas que luchan por mantener sus campos fructíferos. El país debe apostar por la robótica y la inteligencia artificial, que serán grandes herramientas para asegurar la sustentabilidad de los recursos naturales; y, al mismo tiempo, requiere seguir tecnificando el riego y capacitando a la pequeña y mediana agricultura para que se adapten de mejor manera a la sequía.

Todos los actores ligados al mundo agrícola somos protagonistas de la conversación que debemos generar para construir el futuro de la agricultura chilena. Para alcanzar acuerdos y establecer planes de trabajo conjunto, la fórmula es conocida: Escucharnos para entendernos. La colaboración, la asociatividad y la empatía son, como en tantos otros planos, la clave para el éxito. En estos tiempos de grandes decisiones como país, la invitación es a ponernos en #modo_escucha_activa, a agilizar ojos, orejas, radares y sensores para entender qué es lo que necesita cada uno de nosotros y todos como conjunto para llegar a consensos, para que así la innovación siga siendo el motor de la agricultura chilena.

 

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