El ensayo se enmarca en un trabajo de largo plazo desarrollado en la Región de Aysén, orientado a dar valor a los residuos orgánicos locales, disminuir la dependencia de insumos externos y avanzar hacia sistemas ganaderos más sostenibles y circulares.
En Aysén, un nuevo estudio liderado por INIA Tamel Aike, con el respaldo de la agencia FIA (Fundación para la Innovación Agraria), pone a prueba el potencial del orujo cervecero -o bagazo- como suplemento alimenticio para el ganado bovino, explorando dos formas de conservación: pellet y ensilaje.
El orujo, un residuo de la industria cervecera, se genera principalmente durante los meses de verano. Este subproducto posee un alto contenido de fibra y proteína, lo que lo convierte en una alternativa viable para la alimentación animal si se logra conservar adecuadamente. En este contexto, el proyecto ha desarrollado dos formas de estabilización: ensilado (forraje fermentado) del orujo fresco y producción de pellet a partir de material previamente deshidratado.
“Hoy día innovar en agricultura es fundamental, especialmente con las condiciones de cambio climático que tenemos. Así que este trabajo que está haciendo INIA es fundamental desde la perspectiva de desarrollo sustentable, especialmente para la masa ganadera que tenemos en la región de Aysén”, sostuvo el Seremi de Agricultura, Eugenio Ruiz
Para Deysi Rubilar Velásquez, representante regional de FIA en la Región de Aysén, es importante señalar que “como Fundación estamos comprometidos con impulsar la innovación en el sector agropecuario, especialmente en territorios como Aysén, donde los desafíos productivos son mayores. Apoyar iniciativas como esta, que transforman residuos en soluciones sustentables, es clave para avanzar hacia una agricultura más resiliente y eficiente.”
La prueba se realiza con 12 bovinos, divididos en tres grupos rotativos bajo un diseño cruzado. Cada animal pasará por los tres tratamientos propuestos: dieta base de heno, heno más orujo ensilado, y heno más pellet de orujo. Este sistema permite aumentar el número de observaciones por tratamiento y reducir el error experimental.
El investigador de INIA Tamel Aike, José Daza, señala que este ensayo se da en el marco de las series de evaluaciones realizadas al orujo como suplemento de la dieta animal: “La calidad de la dieta ya la evaluó un tesista anterior con la Universidad de Aysén, la evaluamos el periodo pasado y encontramos resultados similares entre el ensilaje y el pellet en cuanto a calidad, por eso estamos comparando las dos alternativas de conservación. Entonces la idea es comparar datos productivos de rumen y datos de costo-beneficio en cuanto a la alimentación con el orujo de cebada”, sostiene.
El ensayo, que se extenderá hasta el 22 de septiembre, contempla tres periodos de alimentación de aproximadamente 15 días cada uno, intercalados con una semana de “limpieza ruminal” mediante una dieta sin orujo. Durante el ensayo se recopilarán datos productivos, de comportamiento ruminal y de costo-beneficio.
En la dieta con orujo ensilado, los animales consumen un promedio de 34 kilos de heno y 18,3 kilos de orujo. En el caso del pellet, se entrega la misma base de heno, complementada con 8,8 kilos del suplemento pelletizado. Estudios anteriores realizados por tesistas del proyecto en colaboración con la Universidad de Aysén ya han demostrado similitudes en la calidad nutricional entre ambos formatos.