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Tecnologías agrícolas de China y Taiwán marcan el rumbo del agro del futuro

Por: Gabriela Pazos N.

Invernaderos inteligentes, drones, robótica e IA fueron parte de los avances conocidos por representantes de FIA, orientados a enfrentar la escasez hídrica, fortalecer la seguridad alimentaria y avanzar hacia un agro más sostenible.

China y Taiwán se han consolidado como referentes mundiales en innovación agrícola, especialmente en el uso de tecnologías avanzadas para enfrentar los grandes desafíos actuales. En este contexto, la visita técnica realizada por representantes regionales de la agencia FIA (Fundación para la Innovación Agraria) de la zona norte y Valparaíso adquiere especial relevancia.

En ambos países, los profesionales tuvieron la oportunidad de conocer el alcance de estas tecnologías, así como intercambiar experiencias y fortalecer redes de colaboración en materia de innovación agrícola.

CHINA: INVERNADEROS AUTOMATIZADOS Y MODELOS COOPERATIVOS

La visita al país con más de 1.400 millones de habitantes, se realizó en el marco de una invitación del Ministerio de Agricultura de China a países latinoamericanos, con el objetivo de conocer sus sistemas productivos, avances tecnológicos, estrategias para el desarrollo rural y su idiosincrasia.

El representante regional de FIA en la Región Metropolitana y Valparaíso, Andrés Gálmez, recorrió junto a la delegación distintas provincias del gigante asiático, visitando principalmente invernaderos que se manejan a distancia desde oficinas centrales, desde donde se controlan la temperatura, la humedad y otros parámetros productivos.

El profesional explicó que “este modelo libera a los agricultores del manejo directo y permite una administración más eficiente y tecnificada de la producción”. Agregó que, “paralelamente, China ha impulsado el turismo rural asociado a la agricultura como una estrategia para enfrentar el despoblamiento rural”.

Un componente relevante de la visita fue el acercamiento cultural, que permitió conocer la historia, tradiciones y trayectoria milenaria de China, así como su patrimonio y gastronomía. A través de recorridos por pueblos antiguos y experiencias de turismo rural, la delegación pudo comprender cómo el país integra la cultura y el ocio como herramientas para revitalizar las zonas agrícolas, enfrentar el despoblamiento rural y atraer nuevamente a los jóvenes al campo.

TAIWÁN: AUTOMATIZACIÓN Y CONTROL AVANZADO DE CULTIVOS

Por otra parte, el representante regional de FIA en Arica, Tarapacá y Antofagasta, Felipe Olivares, relató que durante la gira de 12 días por Taiwán pudo conocer, además del funcionamiento de los invernaderos inteligentes, el uso de drones, robótica e inteligencia artificial aplicados al monitoreo preciso de cultivos, así como el fuerte vínculo entre la academia, el sector público y los productores.

En ese contexto, destacó que la experiencia permitió confirmar que la agricultura de precisión dejó de ser una proyección futura para transformarse en una necesidad inmediata. “El desafío para Chile no es solo adquirir tecnología, sino adaptarla a nuestra realidad hídrica y cerrar la brecha digital en el campo, para que nuestros productores puedan producir más con menos agua”.

Olivares subrayó además que el principal aprendizaje de Taiwán no está solo en la infraestructura tecnológica, sino en el desarrollo del capital humano: “La tecnología que vimos, capaz de monitorear cultivos milímetro a milímetro, requiere una nueva generación de agricultores tecnificados”.

Agregó que, para las regiones de Arica, Tarapacá y Antofagasta, esto significa llevar la conectividad y el conocimiento técnico a cada valle y oasis, asegurando que la innovación llegue al pequeño productor y no se quede solo en los grandes centros de estudio.

APRENDIZAJES PARA APLICAR A LA REALIDAD LOCAL

Las experiencias recogidas en Taiwán y China compartidas con los equipos de FIA, permiten a la institución identificar aprendizajes clave para el desarrollo del agro chileno, especialmente en zonas con condiciones extremas como el norte del país, donde la integración de tecnología, capital humano y colaboración público-privada aparece como una ruta estratégica para avanzar hacia una agricultura inteligente, sostenible y competitiva a nivel global.

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