El té es la segunda bebida más consumida a nivel mundial después del agua. Su origen está en China cuando se comenzó a utilizar hace ya casi 5.000 años y desde entonces su consumo se ha extendido por todo el mundo.
En Chile el té fue introducido por la colonia inglesa en el siglo XVIII en el puerto de Valparaíso. Así, gracias al creciente intercambio comercial de nuestro país, esta bebida se fue popularizando hasta convertirnos hoy en día en el principal consumidor de té de Latinoamérica. Según un estudio realizado en 2015, en Chile se consumen unos 77 litros anuales de esta bebida per cápita, lo que equivale a 387 tazas de té —más de una al día— cifra que nos ubica dentro de los 20 mayores consumidores del mundo.
En línea con esta tendencia, los consumidores están cada vez más exigentes e informados y la industria del té está creciendo y diversificando su oferta entregando no sólo mayor variedad, sino una mejor calidad.
Aprovechando esta oportunidad, la empresa regional Arantek Ltda., liderada por Amanda Rios y apoyada por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) reunió las mejores variedades de té Premium, traídos directamente desde oriente, combinándolos con productos funcionales con identidad local como el calafate, el maqui, frutillas silvestres y rosa mosqueta, ecotipos locales de berries, hierbas aromáticas y medicinales, flores endémicas, entre otras.Productos que muchas veces son sub-utilizados en la región, al no existir tecnología para darle mayor valor agregado a los productos potenciando y prolongando sus beneficios.
Estos productos —comprados a productores y recolectores regionales— son sometidos a procesos de deshidratado y de extracción de aceites esenciales en una planta piloto construida en las afueras de la ciudad de Coyhaique. El proceso que se está implementando es una manera de hacer frente a las principales limitantes regionales y una forma de adicionar valor a los productos, aumentando la vida de los productos.
El objetivo de este proyecto, llamado “Té Blends de la Patagonia: Planta piloto de procesos para el deshidratado y extracción de esencias de productos con marcada identidad local para la elaboración de cinco innovadoras líneas de infusiones regionales”, es lograr validar 5 líneas de té conceptualizadas a partir de distintas zonas agroclimáticas – culturales de la Región de Aysén. A partir de esto, lograr además, ampliar la actual oferta de productos regionales y posicionarlos en el mercado nacional del té e infusiones del tipo gourmet.
Según Amanda Rios ejecutora del proyecto, la idea es “crear un producto único, con un toque de nuestra Región”. Ríos asegura que hasta ahora los prototipos de los té Blend de la Patagonia han tenido una muy buena recepción por parte del público y adelanta que esperan lograr que sus productos se conozcan masivamente a través de ferias, exposiciones y “por qué no, gracias a alguna alianza con restaurantes y comercio de Coyhaique”.
De esta manera, la Región de Aysén sale al mundo, a través de productos con un toque local y que espera consolidarse en los hogares chilenos.