Martes, 2 de junio de 2015.- ¿Por qué el bus local demora tanto en pasar? o ¿cómo reduzco las posibilidades de que los apicultores vean afectadas sus colmenas?, son parte de las problemáticas que desde hace un tiempo vienen inquietando a alumnos de escuelas rurales y liceos técnicos profesionales de las regiones de La Araucanía y Los Lagos, quienes no solo escuchan a sus profesores de forma pasiva sino que intervienen en sus clases, aportando con ideas y soluciones frente a las complejidades de su entorno local.
Así es como funciona Savia Lab, el concurso para jóvenes innovadores organizado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura y la Escuela de Ingeniería de la Pontifica Universidad Católica (PUC) que, tras haber realizado su segunda etapa con 26 proyectos semifinalistas este fin de semana, saca cuentas alegres respecto al avance de tales iniciativas en materia de innovación.
Todo un logro que se materializó en el campamento tecnológico de Savia-Lab desarrollado el pasado viernes 29 en el Centro de Formación Técnica Teodoro Wickel de la Universidad La Frontera, para los estudiantes de la Región de La Araucanía, y el sábado 30 de mayo en la Universidad Austral sede Puerto Montt, para los alumnos de la Región de Los Lagos.
Jornadas extensas donde 18 escuelas rurales y liceos técnicos profesionales de ambas regiones (9 de La Araucanía y 9 de Los Lagos), aprendieron habilidades comunicativas, diseño de prototipos físicos y diseño de servicios para introducirlos a sus proyectos seleccionados en la primera fase del concurso, a fin de avanzar a la final a desarrollarse en agosto. Tales clases fueron impartidas por estudiantes y egresados de la Escuela de Ingeniería de la PUC, quienes ayudaron con material didáctico y planes metodológicos para la realización de Savia-Lab.
“Después de ambas jornadas, en que los chicos trabajaron cada una de estas líneas, volvieron a sus colegios, conducidos por sus docentes quienes fueron capacitados de antemano en materia de innovación por Savia-Lab. Ello, con el objetivo de que produzcan una solución de acuerdo al problema que detectaron de su entorno local. En el fondo, este campamento habilitó a los alumnos para que desarrollen mejor todo lo que se viene para adelante”, comenta Gabriela García, gerente de transferencia de la Iniciativa de Diseño de Innovación de la Escuela de Ingeniería de la PUC y coordinadora del proyecto Savia-Lab.
Según García, el siguiente paso para los alumnos será trabajar en la solución de sus problemáticas, la cual deberá presentarse en agosto próximo. “Ellos deberán ingresar sus propuestas al sitio web de Savia-Lab en formato audiovisual y escrito, las que serán evaluadas por un jurado ‘experto’ vía online, integrado por alumnos y ex alumnos de la escuela de ingeniería PUC. Dos semanas después, deberán exponer dichas soluciones frente a un jurado presencial, compuesto por representantes de los ministerios de Agricultura, de Educación y de Economía. La evaluación de este último tendrá una ponderación de 60%, y 40% la del jurado ‘experto’”, explica Gabriela.
Oportunidades
Todo un sistema con el que Savia-Lab no solo ha enriquecido las metodologías de enseñanza de estos establecimientos educacionales, sino también ha motivado un cambio de actitud en los alumnos frente al entorno que los rodea. “Ésta ha sido una experiencia bien interesante para los chicos. Es un trabajo que requiere harto tiempo en las salas de clases pero que los ha hecho crecer y eso es lo importante. De hecho, hoy expresan mejor sus inquietudes y propuestas, algo que les cuesta bastante a los chicos de tercero y cuarto medio”, reconoce Gianna Vaccaro, profesora del Liceo Técnico Centenario de La Araucanía.
Fue lo que visualizó el seremi de Educación de dicha región, Marcelo Segura, quien al momento de visitar los talleres el pasado viernes se impactó por las ideas de los alumnos. “Para las escuelas rurales y liceos técnicos es una muy buena noticia que tengamos una institución del Ministerio de Agricultura haciendo este trabajo de innovación con nuestros jóvenes. Necesitamos más innovación en la sala de clases y con el apoyo a la Reforma Educacional desde otros ministerios, será más fácil transitar por esta vereda”, sostuvo Segura.
Opinión que apoyó el seremi de Hacienda de La Araucanía, Pedro Millapán, en su llegada al Teodoro Wickel. “Savia-Lab es un tremendo proyecto, sobre todo porque trabaja con colegios más vulnerables, lo cual nos sirve para ir viendo el apoyo hacia una educación gratuita y de calidad. Hay jóvenes con muchas ideas, que no solo escuchan lo que uno dice sino que también lo cuestionan”, manifestó.
En tanto, luego de estar en los talleres impartidos en la Universidad Austral sede Puerto Montt, el seremi de Educación de Los Lagos, Pablo Baeza, se comprometió a apoyar la iniciativa Savia-Lab desde su cargo.
Una vivencia que en lo académico también benefició a quienes estuvieron en contacto directo con los estudiantes en ambas jornadas. “Esta experiencia ha sido muy linda y emocionante. Vi en los estudiantes un mayor entusiasmo, sin medio a preguntar y cuestionar cosas. El temor por hacer ‘preguntas tontas’ ya no existe. Por ejemplo, me llamó la atención que una chica tuviera mucho interés en cómo patentar su idea. Es decir, estaba segura que su idea iba a llegar lejos y la quería hacer propia”, dice Paulina Pradenas, alumna de último año de Ingeniería Civil Industrial de la PUC, quien instruyó durante los dos días a los alumnos de ambas regiones en el campamento.
Inclusión
Uno de los casos más emblemáticos fue la participación de alumnos sordomudos del Liceo La Frontera de La Araucanía. Para ser parte de Savia-Lab, sus profesores tradujeron el instructivo de la convocatoria a un lenguaje de señas creado por ellos. “Como profesores, detectamos que podíamos mejorar lo que ya había en el manual de Savia-Lab, y le propusimos a Gabriela García tomar el glosario técnico del concurso a fin de incorporarlo al mundo sordo. Lo hicimos y los certificamos con INDESOR, que es el Instituto Nacional de la Sordera. A partir de ello, dicha labor se llevó a la sala de clases, interpretando en señas palabras como innovación y emprendimiento, las cuales no tenían señas, teniendo que crearlas y certificarlas”, relata Pablo Becker, docente encargado del área Madera del Liceo La Frontera de la Araucanía, para personas sordomudas.
Becker agrega que, con dicho paso, hoy sus estudiantes entienden de innovación, ya que “no solo creamos la palabra sino su explicación en señas”.
No obstante, el mayor impacto del campamento tecnológico Savia-Lab realizado este fin de semana, se produjo en los propios estudiantes. “En esta convocatoria, hemos podido llevar a cabo las nuevas ideas que pueden solucionar los problemas que aquejan a los chilenos, desde nuestra generación. Con mi grupo por ejemplo, queremos evitar la propagación de la plaga de la chaqueta amarilla, especie introducida que está afectando a la fruticultura y apicultura, tanto a gran, como pequeña y mediana empresa”, sostiene Guillermo Sáez, alumno de cuarto medio del Liceo Técnico Adolfo Matthei, quien junto a sus compañeros diseñó trampas innovadoras para enfrentar dicha plaga. “Creo que llegaremos al final porque contamos con el apoyo de profesores, gente de Savia-Lab y empresarios, los que han anticipado financiarnos si nos va bien”, asegura.
¿Y ahora? Pasar agosto, mes en que se darán a conocer los ganadores. “Este Campamento resultó todo un éxito. No solo tuvimos una alta asistencia y compromiso por parte de los estudiantes, sino también todo el apoyo de los directores y docentes a cargo de los grupos participantes.Ahora lo que viene, es que los jóvenes utilicen los conocimientos adquiridos para seguir desarrollando sus prototipos y ajustarlos para la etapa final, que corresponde a una feria”, concluye Dominique Chauveau, profesional de la Unidad de Desarrollo Estratégico de FIA, a cargo de esta iniciativa.