La iniciativa -apoyada por FIA y ejecutada por INIA Kampenaike- busca aprovechar la carne de este camélido y posicionarla como un alimento saludable, magro y ligado al patrimonio alimentario de la Patagonia.
En la región de Magallanes, la alta densidad de guanacos en algunas zonas ha generado tensiones con la ganadería y presión sobre las praderas, instalando la necesidad de avanzar hacia un manejo regulado y sustentable, basado en criterios técnicos y científicos.
En este contexto, el proyecto que forma parte de la Convocatoria “Consultorías Regionales para la Innovación 2025” de FIA, apunta a compatibilizar la conservación del guanaco con nuevas oportunidades económicas, a través de su aprovechamiento sustentable.
La incorporación de la carne de guanaco a nuestra dieta—rica en proteínas, baja en grasa y con profundo arraigo territorial— se presenta como una alternativa para diversificar la matriz productiva y alimentaria de la región, poniendo en valor un recurso nativo de la Patagonia.
La iniciativa nace del trabajo de la Mesa Técnica del Guanaco, una instancia público-privada liderada por la Seremi de Agricultura de Magallanes, que detectó la necesidad de mejorar el uso de la cuota de extracción autorizada. Esta situación es especialmente relevante en comunas como San Gregorio y Timaukel, donde la alta presencia de guanacos ha generado conflictos con la ganadería.
DIVERSIFICACIÓN PRODUCTIVA
Desde FIA, su representante regional (S), Esperanza Garrido, subrayó que “este proyecto es especialmente relevante en un contexto en que el cambio climático está transformando aceleradamente los ecosistemas y exige nuevas estrategias de adaptación productiva. Promover el uso sustentable del guanaco y el consumo de su carne nativa abre una oportunidad real para diversificar la matriz alimentaria con productos de bajo impacto ambiental y profundamente vinculados al territorio”El guanaco es una especie clave para los ecosistemas de la Patagonia y su manejo se rige por la Ley de Caza, con respaldo técnico y científico. Además de su carne, ofrece productos de alto valor como su fibra, y la región cuenta con infraestructura habilitada para faena y comercialización. Este proyecto marca un nuevo paso hacia una ganadería sustentable, la innovación territorial y la puesta en valor de un alimento patrimonial de Magallanes.
