La Serena, 11 de diciembre 2015.- El desarrollo de un micoinsecticida para combatir la Conchuela Negra (Saissetia Oleae) que afecta a los cultivos de cítricos y olivos, fue el resultado de una investigación que realizaron un grupo de académicas del Departamento de Agronomía de la Universidad de La Serena (ULS), en la búsqueda de un control biológico de plagas para las regiones de Coquimbo y Valparaíso.
La investigación fue liderada por las agrónomos y docentes Carmen Jorquera, Marcia Yáñez y Carol Krausz, que durante tres años trabajaron con cepas de hongos presentes en dichas regiones buscando aquellas que inhibieran el desarrollo de la plaga.
Según explica la coordinadora alterna del proyecto, Carol Krausz, se logró trabajar con cepas nativas de hongos entomopatógenos, colectados en las regiones de Coquimbo y Valparaíso, “buscando obtener enemigos naturales que puedan controlar la Conchuela Negra, plaga que va en aumento en estas zonas”.
Resultados que, en opinión de la académica, le otorgan una gran proyección al trabajo realizado. “Hemos encontrado cepas con un muy buen nivel de control, y hoy estamos buscando generar alianzas estratégicas con empresas químicas y entidades relacionadas con el agro para llevar a cabo un producto de origen biológico altamente eficaz”.
El proyecto concluirá con el desarrollo de un prototipo, para lo cual las investigadoras deberán captar financiamiento que permita generar un producto comercial “con cepas nativas, adaptadas a las condiciones climáticas de la zona”, comenta Krausz.
Adriana Benavides, directora del Departamento de Agronomía de la ULS, destacó que los resultados de este proyecto constituyen “un aporte a todo el sistema de Manejo Integrado de Plagas (MIP), a la agricultura orgánica y a todos aquellos agricultores que se interesen en un futuro en utilizar estos productos. Sin duda es una herramienta interesante”, aseguró.
La iniciativa, ejecutada por el Departamento de Agronomía de la ULS, fue patrocinado y apoyado técnicamente por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), y contó con tres asociados relevantes: las universidades de Sao Paulo y de Valparaíso y la empresa AVance biotechnologies.
Esfuerzo mancomunado
El seremi de Agricultura, Andrés Chiang, destacó la importancia de estas investigaciones para la agricultura y remarcó que esta experiencia se puede aplicar no sólo en la macro zona norte. “Estamos hablando de control biológico, de ocupar menos pesticidas y plaguicidas químicos, lo que es de gran relevancia para la sustentabilidad y la inocuidad de nuestra actividad silvoagropecuaria”.
La autoridad del agro añadió que estos productos permiten producir de forma limpia y sustentable y, de esta manera, fortalecer la estructura de innovación y desarrollo de la región. “Es loable la articulación entre la ULS y el Minagri a través de FIA, así como la eventual participación de empresas privadas. Un esfuerzo mancomunado en sintonía con las necesidades de los agricultores”.
En la misma línea, el encargado regional de FIA para Atacama y Coquimbo, Mariano López, señaló que “uno de los objetivos que persigue la Fundación, es contribuir al diálogo que debe existir entre el sector público, la academia y los agricultores, que oriente las investigaciones a las reales necesidades del sector productivo”.