“El Impostor”, un cinsault de aguja y “La libertina”, chicha fresca elaborada con uva moscatel de Alejandría son los innovadores productos que el enólogo Juan José Ledesma acaba de lanzar gracias al apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria.
Chillán, 14 de junio de 2016.- Su nombre ya es conocido en el mercado de los licores premium, gracias a Terroir Sonoro, el vino que Juan José Ledesma (@enologico) creó a partir de la innovadora fusión de música y enología. Tras comprobar que las vibraciones de la música influyen en el proceso de añejado del vino, se lanzó en ese proyecto que –también apoyado por FIA– se transformó en una de las grandes innovaciones del mercado de vino chileno.
Tras su experiencia, Ledesma asegura que este es un excelente momento para crear productos que diversifiquen la oferta de licores chilenos: “Hay una oportunidad enorme de desarrollo de bebidas de bajo nivel de alcohol, sean espumantes o no. Del mismo modo, existen oportunidades en negocios antes impensados, como en el mercado de los destilados, donde la sofisticacion del consumidor y una tendencia hacia los productos artesanales que se vinculen con el territorio está generando posibilidades antes muy remotas”, explica.
A partir de su exitosa experiencia con Terroir Sonoro y contando nuevamente con el apoyo de FIA, emprendió un nuevo proceso de innovación, esta vez en el rubro de los fermentados. De esta experiencia acaban de lanzarse dos productos: “El Impostor”, un cinsault de aguja y “La Libertina”, chicha fresca elaborada con uva moscatel de alejandría.
Ledesma explica que El Impostor es un vino de aguja o “frizzante”, que se distingue por su contenido de CO2 disuelto y producido de forma natural. Se diferencia del espumante en su presión mucho menor “su burbuja es pequeña y aporta frescura, realzando sus características aromáticas. En nariz en muy frutal, producto de una cosecha temprana y una vinificación en rosado (sin orujos) y en frío. Por la misma razón es de una acidez muy refrescante”, detalla.
Lo recomienda como aperitivo o preparaciones ácidas y/o picantes, como ceviche o tacos. “Generalmente lo definimos con un vino “de piscina”, ya que su formato está diseñado para ser consumido en situaciones veraniegas, distendidas y alegres”, asegura.
Como corresponde a un producto que pretende posicionarse por su innovación, el trabajo de diseño del packaging, etiquetado y campaña de difusión han traído positivos frutos: fue elegido como “Vino revelación” por la guía de descorchados 2016 de Patricio Tapia, donde además fue calificado con 91 de 100 puntos.
“La Libertina”, chispeante y fresca
El segundo producto desarrollado con este proyecto es una chicha única en el país, hecha a partir de la uva de moscatel de alejandría. Se caracteriza por ser muy aromática, chispeante y fresca. Es elaborada con un proceso de pasteurización que permite que se mantengan las características de la fruta fresca y la gasificación obtenida durante la fermentación parcial. Ledesma la recomienda como aperitivo, vino de postre “o incluso combinada con agua mineral, como bebida refrescante de verano”. Como dato: el proceso de pasteurización ayuda a evitar el uso de conservantes, por lo que además es un producto muy natural.
Ambos fermentados vienen en formato de 330 cc, muy cómodo para reuniones sociales.
Del valle de Itata hacia el mundo
Actualmente, “El Impostor” está siendo exportado a Reino unido con excelentes resultados. “En las próximas semanas se preparará un pedido para California, a partir del cual pretendemos llegar a otros estados en Norteamérica, donde la penetración de la cerveza podría facilitar la llegada de nuestro producto en un formato conocido y adaptado a la cultura”, explica.
La experiencia de Ledesma es un ejemplo de cómo la innovación puede ser la base para exitosos negocios de nicho: “Hoy es posible montar una bodega pequeña y producir vinos o cervezas o destilados artesanales y hacerlo un negocio sustentable. Innovar es posible y no sólo dentro del mercado chileno: también con miras al mundo”, finaliza.